Andreu Ródenas
En cualquier país hay lugares que son imprescindibles de visitar. Nueva Zelanda tiene algunos pero sin duda uno que destaca por encima de los demás es el fiordo MILFORD SOUND.
La carretera que nos lleva es en sí misma una atracción turística o una visita obligada, se trata de la llamada MILFORD ROAD. Son 120 kms cruzando montañas y valles hasta llegar a nivel de mar donde termina el fiordo. Durante el trayecto hay varios miradores y puntos de parada donde nuestras cámaras fotográficas no pararán.
La Milford Road comienza en la pequeña población de Te Anau a orillas del lago del mismo nombre. Suele ser un punto de parada entre el fiordo y la ciudad de Queenstown que es la ciudad más importante y más cercana donde suelen alojarse los visitantes. Desde Queenstown se organizan visitas al fiordo en transporte colectivo (bus) o en privado y la duración suele ser de unas 5 horas de ida y 5 horas de regreso. Como veis no es un lugar muy accesible para hacer en un solo día, por este motivo mucha gente hace una parada o noche en algunos de los pocos hoteles que hay en Te Anau y al día siguiente hacen la ruta de la Milford Road hasta el fiordo.
En el mismo fiordo tan sólo existe un establecimiento para pasar la noche, es un lodge tipo albergue donde se pueden compartir los servicios tales como la cocina, aseos, comedor, … pero también tiene algunas plazas para autocaravanas con conexión de agua y electricidad. Este es el lugar que nosotros reservamos (hay que hacerlo con bastante tiempo ya que suele estar siempre lleno) para pasar la noche y así poder realizar la visita de forma más completa: Ver la Milford Road haciendo el máximo de paradas, ver la puesta de sol y ver nacer un nuevo día en el fiordo, y por último hacer el pequeño crucero a primera hora de la mañana antes de volver hacia Queenstown.
Salimos de Queenstown sin prisa pensando en llegar al mediodía a Te Anau. Teníamos reservado hacer una visita a uno de los lugares de interés de Te Anau antes de comenzar la ruta por la Milford Road: las cuevas de las luciérnagas (los famosos «glow-worms»). La compañía que organiza esta corta visita se llama Real Journeys y se trata de visitar unas cuevas en las que completamente a oscuras y en absoluto silencio los visitantes disfrutan de una visión única de miles de luciérnagas de color verde fosforescente iluminando las diferentes salas. Son dos horas que valen la pena ya que los lugares del mundo donde se puede ver algo similar se pueden contar con los dedos de una mano.
Desde Te Anau al Milford Sound son 120 kms de carretera. Es un espectáculo visual único que tuvimos la suerte de hacer en una tarde de verano soleada y que nunca olvidaremos. Hicimos paradas en diferentes lugares como Mirror Lakes, Hollyford Valley, The Chasm y otros hasta llegar a la orilla del fiordo justo cuando el sol se empezaba a poner. Las vistas del Mitre Peak que se eleva 1.700 mts justo sobre el mismo nivel del mar son indescriptibles, y como siempre se dice vale más una imagen que mil palabras.
Por la mañana hicimos un crucero de casi tres horas desde el final del fiordo hasta el Mar de Tasmania que está a unos 20 kms. Cataratas, paredes verticales, focas, lluvia fina y niebla combinaban en un paisaje digno de película.
Como ya he explicado en otras muchas entradas y páginas de este blog no es mi intención dar muchos datos que pueden conseguirse en otras páginas o guías, simplemente pretendo mostraros y daros a conocer uno de los lugares más bonitos que he podido visitar.
A continuación os dejo un video-montaje fotográfico:
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