Andreu Ródenas
En febrero de 2014 en nuestro viaje a Costa Rica pasamos los últimos 4 días en la Península de Osa y concretamente en Bahía Drake a las puertas del Parque Nacional Corcovado. Os puedo asegurar que ha sido un sueño haber podido disfrutar de estos días allí porque es uno de los lugares a los que he viajado que más me ha impresionado.
La Península de Osa está en el sur de Costa Rica en la costa del pacífico y se trata de un lugar de difícil acceso ya que una buena parte de la pensinsula está protegida como parque nacional. Corcovado es sin duda el parque nacional o la zona de selva más virgen de Costa Rica y con más biodiversidad y eso hace que no sea un destino turístico del tipo tradicional ya que el margen de maniobra y de movilidad es muy escaso.
Los visitantes o turistas que quieren acceder al parque nacional lo pueden hacer de varias maneras: o bien desde Puerto Jimenez en dirección Carate para desde allí entrar a pie hasta la Estación Sirena después de una buena caminata de 8 horas por la playa, o bien desde Bahía Drake cogiendo un taxi por el mar hasta llegar al mismo destino. Desde Puerto Jimenez se puede ir a Carate de varias maneras: para los que llegan en bus o en avioneta pueden ir o bien en taxi colectivo (barato) o bien en taxi privado (más caro), los que lleguen a Puerto Jimenez en coche alquilado (4×4 imprescindible) lo podrán dejar en un aparcamiento de pago y vigilado los días que estén en el parque nacional. Los que quieran pernoctar lo pueden hacer en la misma Estación Sirena pero deberá reservarse con anterioridad. Los que sólo quieran pasar una jornada pueden acceder con el taxi desde Bahía Drake y en una hora y poco más estarán en la entrada del parque. Las visitas de una jornada son siempre guiadas y las rutas interiores que cruzan (como la que la Estación Los Patos) es prácticamente obligatorio hacerlas con guías nativos ya que se trata de un lugar muy innaccesible en el que perderse te puede costar muy caro, realmente no se puede aconsejar hacerse una travesía de dos días por el parque sin ir acompañado de alguno de los guías especializados.
Nosotros que combinamos viaje de vacaciones con aventura escogimos pasar 4 noches en uno de los poquísimos hoteles que hay en Bahía Drake y desde allí poder hacer los tours o excursiones al parque nacional o a otros lugares. Escogimos el hotel llamado Finca Maresia y dimos en el clavo pues es un lugar en el que disfrutar del silencio y de la tranquilidad más absoluta es su rasgo diferencial. De entrada es un hotel con tan sólo 8 habitaciones debidamente repartidas en bungalows en un jardín muy bonito y por encima de ellas está la recepción, la cocina y el comedor «social» en el que las tardes antes de la puesta de sol quieres que no acaben nunca.
Este hotel está gobernado por dos socios que alternan su estancia allí y que hacen que tus días sean intensos, cómodos, divertidos, relajados y procuran no te falte nada durante la estancia. Nosotros tuvimos el placer de conocer y compartir esos días con Juan Azorin que consiguió que nunca olvidemos lo que allí hicimos y vimos. Juan es un tipo muy amable y servicial que en todo momento procura facilitarte las cosas para que tú sólo te dediques a disfrutar del momento, buen cocinero, buen relaciones públicas y muy amable con la gente. Él convierte las cenas bajo una luz suave y un ambiente relajante en una fiesta de relación social entre todos los huéspedes que comparten la misma mesa cada noche, gente de todo el mundo intercambiando opiniones, compartiendo vivencias, etc. Un placer que sólo puedes encontrar en un rincón del mundo fuera de los circuitos tradicionales de turismo, para gente interesada en el turismo ecológico y sostenible que pagan el plus de pasar unos días en un lugar tan auténtico y que por tanto contribuyen a mantenerlo lo más intacto posible. Casi sin vehículos, sin carreteras, sin contaminación, sin estrés, la vida en Bahía Drake pasa poco a poco.
Llegamos a Bahía Drake desde Sierpe de Osa donde dejamos el vehículo en un parking privado que nos gestionó Omar del restaurante-hotel Oleaje Sereno. Aquí es donde se reservan las plazas en la barca que va hasta Drake. El viaje dura una hora y poco más y se hace en gran parte dentro del manglar Térraba-Sierpe que es el más importante de Centroamérica. En la desembocadura del rio Sierpe se entra en el océano pacífico hasta llegar a la Bahía Drake.
Tras desembarcar (aquí nos tuvimos que descalzar para saltar de la barca pues no hay ningún muelle) subimos en el hotel Finca Maresia con un taxi 4×4 que nos reservó Juan Azorín para llegar al hotel que está en una colina a unos 2 kilómetros de la bahía. Una vez instalados y recibidas todas las explicaciones del funcionamiento del hotel por parte de Juan nos pusimos a descansar un rato hasta la hora de cenar. Como en el hotel no caben más de 15-20 personas las cenas son colectivas y sirven para reunir a gente de diversos lugares del mundo y compartir experiencias y hacer nuevas amistades.
Al día siguiente nos levantamos temprano para hacer la excursión a Estación Sirena dentro del parque nacional Corcovado, Juan nos bajó a la bahía desde donde salen las barcas por mar hacia el parque nacional. El recorrido es de unos 30 kilometros y se tarda una hora en llegar, se baja de la barca en la misma playa ya que como ocurre en Bahía Drake no hay muelle donde desembarcar la gente y los paquetes. Las barcas salen todas más o menos a la misma hora y en cada barca va un conductor, el guía, un ayudante y los visitantes que como mucho son 12 personas en cada barca. Normalmente no son más de 100 los turistas que ingresan al parque diariamente. Una vez en el suelo y después de secarnos los pies y ponernos las botas de caminar los guías explican a cada grupo los itinerarios que se harán, las actividades y el tiempo que se tardará, también dan las recomendaciones oportunas para que no haya ningún accidente o contratiempo.
Nuestro grupo lo formabamos 7 turistas y el guía y a poco de caminar por la playa nos fuimos adentrando hacia el interior por un claro en el bosque y por una pista de tierra que conducía directamente a la Estación Sirena donde hay que ir primero de todo para registrarse (lo hacen los guías en nombre de cada uno, excepto la firma). Para nuestra sorpresa esta misma pista de 4×4 sirve de pista de aterrizaje o despegue de las pocas avionetas que llegan con turistas y mercancías para los rangers o guardaparques que vigilan la estación Sirena. Mientras íbamos caminando hacia Sirena una avioneta aterrizó frente nuestro a no mucho más de 200 metros lo que nos sorprendió mucho.
Una vez registrados en el libro de registro de entradas del parque, el guía escogió un trayecto a hacer que consistía en recorrer algunos de los senderos cercanos a la estación, casi todos los senderos tienen un dibujo circular o se puede completar un círculo alrededor de la estación pasando por varios. Hacía mucho calor y la humedad dentro de la selva era muy alta, teníamos que beber agua constantemente y por suerte el ritmo de la caminata era lento porque los animales que íbamos encontrando nos obligaban a parar a menudo: monos congo, monos rojos, monos titi , garzas tigre, águilas, pájaros carpinteros, loros, papagayos, tucanes y aves diversas, cocodrilos, mapaches, basiliscos, iguanas, ranas, serpientes, mariposas, insectos, e incluso un tapir o danta (como dicen allí). En pocas horas de caminata se pueden encontrar un número muy grande de especies animales ya que la diversidad es muy grande y por lo tanto las probabilidades de hacerlo son muy altas, mucho más que en otros lugares del país tal como nosotros pudimos comprobar.
Hicimos un pick-nick en la orilla del Rio Claro que es uno de los ríos que atraviesa el parque y mueren en las playas del pacífico, por donde llegamos, y luego volvimos por otro sendero diferente hasta Sirena. Después de un pequeño descanso seguimos de nuevo la pista de aterrizaje hasta llegar de nuevo a la playa porque las barcas ya habían vuelto para devolvernos a Bahía Drake y al hotel, eran ya las 4 de la tarde y después de una buena ducha y un buen descanso en las hamacas que teníamos en la habitación fuimos a la recepción para conectarnos a internet y espera la hora de la cena.
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